La Ley del “Dharma”, o el propósito en la vida
Todo el mundo tiene un propósito en
la vida… un don único o talento especial para ofrecer a los demás. Y
cuando combinamos ese talento único con el servicio a los demás,
experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro propio espíritu, que es
la meta última de todas las metas.
Cuando trabajas, eres
como una flauta a través de cuyo corazón el susurro de las horas se
convierte en música… ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer una tela con
hilos sacados de tu corazón, como si tu amado fuese a vestirse con esa
tela…
Khalil Gibran, en “El profeta”
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