MICRO TERROR

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MICRO TERROR 

Ritual

Comprueba en silencio que sus padres duermen. Apaga la luz.
Abraza con fuerza su vieja muñeca de trapo y atraviesa el largo tramo que la separa de su habitación, sin dejar de observar la sombra de aquel extraño que aguarda al fondo del pasillo.
Empuja al llegar muy despacio la puerta, procurando no perturbar a los diminutos seres que susurran su nombre al otro lado. Una vez dentro, camina de puntillas sobre la alfombra, evitando tropezar con la fría viscosidad que serpentea veloz entre sus pies descalzos. Logra alcanzar a tientas el colchón, donde se detiene, tan solo un breve instante, hasta percibir desde debajo de la cama la caricia de una garra peluda. Entonces gira bruscamente su mirada, buscando el espejo del armario, donde advierte el fugaz pestañeo de quien acecha tras las rendijas.
Y así, como cada noche, tras comprobar el reflejo inexistente de su rostro, Alice se acuesta serena, entonando a media voz una siniestra canción infantil.